Hogar Hospital en linea 9 Razones por las cuales la obesidad no es solo una opción

9 Razones por las cuales la obesidad no es solo una opción

Tabla de contenido:

Anonim

En 2012, hasta el 35% de los adultos estadounidenses y el 17% de los adolescentes eran obesos (1).

Muchas personas culpan a la obesidad de las malas elecciones dietéticas y la inactividad, pero no siempre es así de simple.

Otros factores pueden tener efectos poderosos sobre el peso corporal y la obesidad, algunos de los cuales están fuera del control de la persona.

Estos incluyen genética, factores ambientales, ciertas condiciones médicas y más.

Este artículo enumera 9 razones convincentes por las que la obesidad no es solo una elección.

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1. Genética y factores prenatales

La salud es especialmente importante durante los primeros años de vida, ya que esto afecta la salud más adelante. De hecho, se puede determinar mucho mientras el feto aún está en el útero (2).

Las elecciones de dieta y estilo de vida de la madre son muy importantes y pueden influir en los comportamientos futuros y la composición corporal del bebé.

Los estudios muestran que las mujeres que aumentan de peso excesivamente durante el embarazo tienen más probabilidades de tener niños pesados ​​de 3 años (3, 4).

En la misma nota, los niños que tienen padres y abuelos obesos tienen muchas más probabilidades de ser obesos que los niños con padres y abuelos con un peso normal (5, 6).

Además, los genes que heredamos de nuestros padres pueden determinar nuestra susceptibilidad al aumento de peso (7).

Aunque la genética y los factores de la vida temprana no son exclusivamente responsables de la obesidad, contribuyen al problema al predisponer a las personas a aumentar de peso.

Alrededor del 40% de los niños con sobrepeso continuará siendo pesado durante su adolescencia, y entre el 75% y el 80% de los adolescentes obesos se convertirán en adultos obesos (8).

Conclusión: La genética, el peso de la madre y los antecedentes familiares pueden aumentar la probabilidad de obesidad infantil y adulta.

2. Hábitos de nacimiento, infancia y niñez

Aunque se desconoce el motivo, los niños nacidos por cesárea parecen ser más propensos a la obesidad más adelante en la vida (9, 10).

Esto también es cierto para los bebés alimentados con fórmula, que tienden a ser más pesados ​​que los bebés amamantados (11, 12, 13).

Esto puede deberse a que los dos grupos desarrollan diferentes bacterias intestinales, que pueden afectar el almacenamiento de grasa (14).

Es importante notar que estos factores generalmente son no hechos por la madre o el bebé, sin embargo, parecen estar relacionados con el riesgo de obesidad del niño.

Además, formar hábitos alimenticios y de ejercicio saludables durante la infancia puede ser la prevención más valiosa contra la obesidad y las enfermedades relacionadas con el estilo de vida.

Si los niños pequeños desarrollan un gusto por los alimentos saludables en lugar de los alimentos procesados, les ayuda a mantener un peso normal durante toda su vida.

Conclusión: Ciertos factores de la infancia pueden afectar el riesgo de obesidad más adelante. Estos incluyen la forma de nacimiento, la lactancia y los hábitos alimenticios y de ejercicio de la niñez.
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3. Medicamentos o condiciones médicas

Muchas condiciones médicas y enfermedades requieren medicamentos para tratar.

Desafortunadamente, el aumento de peso es un efecto secundario común de muchos de estos medicamentos. Estos incluyen medicamentos para la diabetes, antidepresivos y antipsicóticos (15, 16, 17).

Estos medicamentos pueden aumentar el apetito, reducir el metabolismo o incluso alterar la capacidad del cuerpo para quemar grasa, lo que hace que almacene grasa en lugar de quemarla.

Además, muchas condiciones médicas comunes pueden predisponer al aumento de peso. Un ejemplo clave es el hipotiroidismo.

Conclusión: El aumento de peso es un efecto secundario común de muchos medicamentos. Estos incluyen medicamentos para la diabetes, antidepresivos y antipsicóticos.

4. Poderosas hormonas del hambre

El hambre y la ingesta incontrolable no solo son causadas por la codicia o la falta de fuerza de voluntad.

El hambre está controlada por hormonas y químicos cerebrales muy potentes, que involucran áreas del cerebro que son responsables de los antojos y las recompensas (18, 19).

Muchas personas obesas tienen una función alterada de estas hormonas, lo que altera su comportamiento alimentario y causa un impulso fisiológico fuerte para comer más.

El cerebro tiene un centro de recompensa, que se enciende y comienza a secretar dopamina y otros productos químicos para sentirse bien cuando comemos.

Esta es la razón por la cual a la mayoría de nosotros nos gusta comer. Este sistema también asegura que comamos suficientes alimentos para obtener toda la energía y los nutrientes que necesitamos.

La comida chatarra libera mucho más de estos productos químicos para sentirse bien que los alimentos no procesados. Esto produce una "recompensa" mucho más poderosa en el cerebro (20, 21, 22).

Su cerebro puede entonces buscar más recompensas al causar antojos poderosos por estas comidas basura. Esto puede conducir a un círculo vicioso que se asemeja a la adicción (23, 24, 25).

Conclusión: El hambre está controlada por potentes hormonas. Las personas obesas a menudo tienen problemas serios con muchas de estas hormonas, lo que provoca un impulso fisiológico fuerte para comer más y engordar.
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5. Resistencia a la leptina

La leptina es una hormona muy importante que ayuda a regular el apetito y el metabolismo (26).

Es producido por las células de grasa, y envía una señal a la parte de nuestro cerebro que nos dice que dejemos de comer.

La leptina regula la cantidad de calorías que comemos y gastamos, así como la cantidad de grasa que almacena nuestro cuerpo (27).

Mientras más grasa contengan las células grasas, más leptina producirá. Las personas con obesidad producen grandes cantidades de leptina.

Sin embargo, las personas con obesidad tienden a tener una condición llamada resistencia a la leptina (28).

Entonces, aunque nuestros cuerpos producen mucha leptina, el cerebro no la ve ni la reconoce. Cuando el cerebro no recibe la señal de leptina, erróneamente piensa que se está muriendo de hambre, incluso si tiene más que suficiente grasa almacenada (29, 30).

Esto hace que el cerebro cambie la fisiología y el comportamiento, para recuperar la grasa que cree que nos falta (31, 32, 33).

Se incrementa el hambre y se reduce el gasto de energía para evitar la inanición.Tratar de ejercer "fuerza de voluntad" contra la señal de inanición impulsada por la leptina es casi imposible para muchas personas.

Conclusión: La resistencia a la leptina es común en personas con obesidad. El cerebro no detecta la leptina que se produce, por lo que piensa que nos estamos muriendo de hambre. Esto causa un impulso fisiológico poderoso para comer más.
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6. Educación nutricional deficiente

En nuestra sociedad, hay anuncios interminables, declaraciones de salud, declaraciones nutricionales y alimentos no saludables.

A pesar de la importancia de la nutrición, a los niños y adultos generalmente no se les enseña a comer de forma adecuada.

Enseñarles a los niños la importancia de una dieta saludable y una nutrición adecuada ha demostrado que los ayuda a tomar mejores decisiones más adelante en la vida (34, 35, 36).

La educación nutricional es muy importante, especialmente cuando se forman los hábitos alimenticios y de estilo de vida que traes a la edad adulta.

Conclusión: Enseñar a los niños la importancia de una nutrición adecuada es importante, pero la educación nutricional generalmente no existe en la sociedad.
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7. Comida chatarra adictiva

Algunos alimentos pueden ser francamente adictivos.

La adicción a la comida implica ser adicto a la comida chatarra de la misma manera que los drogadictos son adictos a las drogas (37, 38).

Esto es mucho más común de lo que piensas.

De hecho, hasta el 20% de las personas puede sufrir de adicción a la comida, y este número sube hasta cerca del 25% en personas con sobrepeso y obesas (39).

Cuando te vuelves adicto a algo, pierdes tu libertad de elección. La química de su cerebro comienza a tomar decisiones por usted.

Conclusión: La comida chatarra puede ser adictiva, y hasta el 25% de las personas con sobrepeso u obesas pueden sufrir de adicción a la comida.

8. El efecto de las bacterias intestinales

Su sistema digestivo alberga una inmensa cantidad de bacterias, que se conocen como microbiota intestinal.

Muchos estudios recientes muestran que estas bacterias son increíblemente importantes para la salud.

Curiosamente, las personas con obesidad tienden a tener diferentes bacterias intestinales que las personas de peso normal (40).

Las bacterias intestinales en personas con sobrepeso u obesas pueden ser más eficientes en la recolección de energía de los alimentos, aumentando el valor calórico total de la dieta (41, 42, 43).

A pesar de que nuestra comprensión de la relación entre el peso y las bacterias intestinales es limitada, existe evidencia convincente de que estos microorganismos sí juegan un papel importante en la obesidad (41, 44, 45, 46).

Conclusión: Las personas con obesidad tienen diferentes bacterias intestinales que las personas que tienen un peso saludable. Esto puede causar que las personas obesas almacenen más grasa.
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9. El medio ambiente

En algunas áreas, comprar alimentos saludables simplemente no es una opción.

Estas áreas a menudo se llaman desiertos alimentarios, y generalmente son barrios urbanos o ciudades rurales sin acceso rápido a alimentos saludables y asequibles.

Esto se debe en gran parte a la falta de tiendas de abarrotes, mercados de agricultores y proveedores de alimentos saludables a poca distancia.

La gente en estas regiones a menudo es pobre y es posible que no tenga acceso a un vehículo para viajar lejos y comprar comestibles.

No poder comprar alimentos saludables y frescos limita la dieta sustancialmente y aumenta el riesgo de problemas como la obesidad.

Otros factores ambientales también pueden desempeñar un papel en la obesidad, incluida la luz artificial de las bombillas eléctricas, computadoras, teléfonos y televisores.

Aunque el vínculo entre el uso de la pantalla y la obesidad ha sido bien establecido, la mayoría de los estudios atribuyen esto a la falta de ejercicio.

Sin embargo, la exposición nocturna a la luz y los cambios en el ritmo circadiano interno también pueden contribuir a la obesidad (47, 48).

Los estudios en animales sugieren que la luz artificial puede alterar el reloj circadiano interno, lo que hace que los roedores sean más susceptibles a la obesidad y al síndrome metabólico (49).

Conclusión: Varios factores ambientales pueden hacernos más susceptibles a la obesidad, incluidos los desiertos alimentarios y la exposición a la luz artificial.

Nadie elige ser obeso

La obesidad es un problema muy complejo.

No es simplemente causado por la codicia, la pereza o la falta de fuerza de voluntad. Hay muchos factores en juego, muchos de los cuales ocurren dentro de nuestro cerebro y fisiología.

Muchos de estos están completamente fuera de nuestro control, incluida la genética, los hábitos de la infancia, las afecciones médicas y las hormonas.